sembraron flores en el campo de la desesperanza
y echaron a volar no una sino miles de gotas saladas y oculares
dejando atrás las huellas del pasado que marcaba
la ausencia olvidada de un desconocido
en la cumbre de la muerte se hallaban los escépticos
preguntándose el valor de una existencia inalcanzable
porque los olvidados no son desconocidos
y los desconocidos no tienen un ápice de memoria
los prófugos furtivamente iban siguiendo las marcas del espacio
esas que no suelen dejar rastro para aquellos que no creen
pero ellos eran creadores y creían
sólo eran creyentes que creaban
en la cumbre del escepticismo se hallaban los muertos que ya no creen en nada
viviendo somnolientos y soñando con palabras que jamás fueron cantadas
has de disculpar mis divagantes aberraciones
pero como te pudiste haber percatado
los que fuimos olvidados tampoco tenemos memoria
©Tania Manriquez
3 comentarios:
vaya con eso de que nos rescaten, quizás lo mejor debio ser liberarse por cuenta propia...
a fin de cuentas, el olvido nunca es bueno...
saludos señorita :)...
¡Gracias por seguir mi blog!
Dejo caer la invitación para que leas la última entrada, sobre la cual particularmente me interesa recibir comentarios, puesto que se trata de un fragmento del posible comienzo de una futura novela.
¡No dejes de escribir!
Voy a visitarte y leerte más seguido.
Un beso,
Pablo
bueno veo cambios de peso en tu forma de escribir...
me gusta.
besos Volados
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