Vamos juntos...

martes, 24 de noviembre de 2009

La partida de la muchacha triste

Miro sus ojos como si fueran espejos en donde la tristeza se ve reflejada. Es una mujer libre empero no feliz; guarda sus recuerdos en bolsas de plástico para que nunca nadie los degrade, para que con el paso de miles de años sigan estando presentes. Los mira, piensa, sonríe, llora, los disfruta, recuerda.
Ella comienza a fumar y sus pensamientos se desvanecen con el humo y aunque estamos todos en un espacio cerrado ella continúa fumando, es libre...
Se recuesta sobre el piso y sueña, no le importa que los demás la miremos extranados. De repente comienza a sonar una música conocida a lo lejos; la mujer de la mirada triste se despierta y escucha atenta la melodía que la transporta a otro universo. Urga en sus recuerdos, se mira las manos y las encuentra vacías, observa su entorno y encuentra vacío en todas partes, vacío en cada uno de nosotros.
Yo la escucho murmurar unas palabras pero no logro comprender su significado, y es que ella habla el lenguaje de las palabras, yo el de las miradas.
La mujer sale y se va de viaje. Yo la miro con tristeza y observo como traza su camino hacia ninguna parte, ella camina, voltea la cara y me dirige una última mirada.
Abre sus alas y fractura su cuerpo en cientos de aves que felices revolotean por los andamios.
Es libre...

©Tania Manriquez