Dejé una nota en tu sueño, escribí buena suerte en voz baja para que cuando soñaras no escucharas mi voz quebrada ni mi desesperación por no poder hacer nada para impedir tu partida.
Después grité fuerte: ¡buena suerte!
vete...
Luego desperté y te vi recostado en el sillón, callado, reposando, soñando.
1 comentario:
y los ojos??
k dicen ellos!!
kizas no quieren k se vaya...
un gusto pasar, saludos Tan!
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