Si decides volver, no lo hagas para decirme adiós.
Si decides decirme adiós, dímelo en voz baja, como queriendo decir: "ahorita vengo, no tardo".
No regreses para colmar las noches de insomnio, ya has hecho sufiente para ahuyentar a Morfeo.
No escribas nada más para comprobar que te extraño, para afirmar que aún te quiero.
Simplemente no.
Por favor...
©Tania Manriquez
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