Renaciendo frente a la luz del mar se elevan los suspiros al cielo.
La tarde es perfecta para lanzar los sueños al viento.
Repentinamente, las flores azules se marchitan, tus pasos se convierten en el mapa de la vida.
Ten cuidado con aquellos que decien seguirte; al anochecer, todas las estrellas están destinadas a brillar.
©Tania Manriquez
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