Son quinientas cuatro horas en espera; muchas más que las que mis momentos de insomnio me permiten soportar.
No existe una necesidad real de escribir, pero con algo tengo que calmar la enorme ansiedad que llevo dentro.
Son palabras suficientes: quinientas cuatro, veintiún, tres.
Llevo la cuenta regresiva de los segundos, ¿qué tan puntual serás esta vez?
Menos cuarenta y ocho horas y contando... espero paciente tu llegada.
No hay suficientes palabras para escribir lo que llevo dentro, nunca lo serán.
Es poco tiempo.
Quinientas cuatro, veintiún... tres.
©Tania Manriquez
Vamos juntos...
miércoles, 19 de mayo de 2010
lunes, 10 de mayo de 2010
Impaciencia en el corazón
Amor animi arbitrio sumitur non ponitur
Publio Sirio
Sueño contigo y despierto alterada. Los nervios comienzan a hacer sus estragos y me impiden conciliar el sueño nuevamente. ¿Llegarás esta vez?
Espero pacientemente una, dos horas.
Dudo. No apareces... Empiezo a sentir decepción de ti, de mi, los dos juntos, por separado...
Apareces de repente, sonríes y te disculpas, yo te perdono.
Invades el pensamiento, mi corazón, el alma por completo.
¿Cambiamos el lugar? por supuesto.
El sol nos invade, atraemos sus rayos de manera inevitable. Continuamos nuestra plática, amenos ambos, liberados, felices; nosotros mismos.
Te siento cada vez más cerca, intuyo tus intenciones y río.
Las palabras se funden con el silencio y crean un momento de infinita y belleza pura, te acercas lentamente... todo ocurre en segundos que asemejan horas, sonreímos.
¿Quieres otra cerveza? clara, por favor.
¿Quién lo diría? No me lo esperaba... pero agradezco tu paciencia. ¿Paciencia? paciencia y curiosidad, tenía ganas de verte.
Millones de palabras en una tarde; una tarde en una sola palabra. Felicidad en dos personas.
¿Qué se siente ser deseada? Eso depende: si eres deseada por alguien a quien también deseas es bueno, si no, es una sensación bastante desagradable.
Ojos curiosos y manos inquietas,
Posponemos la visita planeada para aquella tarde. Exactamente veintiún días, tres semanas resulta ser demasiado tiempo.
Si se aparece Sofia Coppola no prometo nada...
Ojos expresivos, brillantes. Mirada seductora, manos curiosas, labios dulces; palabras exactas, tarde perfecta... tú.
Francia espera... tres semanas resultan eternas.
Aquí te espero.
©Tania Manriquez
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